“¡Es la primera vez en mi vida que veo la flor de la batata!”
Al oír a los ancianos sorprendidos al ver la flor, me pierdo en mis pensamientos.
El huerto de batatas ahora se ha convertido en objeto de su atención, aunque una vez fue un pequeño lugar en un rincón que nadie podía imaginar como una parcela. Era un campo pedregoso donde había leña y toda clase de desperdicios. Era simplemente una porción de tierra baldía.
Nadie cuidaba de la tierra, excepto una anciana que mostraba interés en ella. Ella venía al lugar todas las mañanas y ponía los desperdicios a un lado y quitaba las piedras. Gracias al esfuerzo de la señora, el suelo quedó a la vista aunque parecía que no estaba allí. Luego hizo surcos y sembró brotes de batata.
“¿Por qué la anciana sembró allí entre tantas tierras?”
Como yo tenía experiencia en agricultura, no podía entenderla. Tenía forma de campo, pero parecía que no tenía ni nutrientes ni humedad. No podía creer que la tierra podía producir batatas. Ya que las personas de su alrededor pensaban igual que yo, no estaban interesados en absoluto en esa tierra.
Sin hacer caso de los demás, la señora no dejaba de regar el campo cada mañana y tarde. Era como llenar una vasija sin fondo porque la tierra era muy árida, pero ella cuidó con mucha dedicación del campo. Si un tallo de batata no echaba raíces y moría, lo quitaba y sembraba otro brote en ese lugar.
En el campo que muestra señales de haber sido fertilizado, abonado y regado por alguien, los tallos de batata crecían frescos más y más todos los días. Yo estaba orgulloso de los tallos porque se mantuvieron vivos a pesar de todas las predicciones negativas y preocupantes.
Un día, encontré algo como una campanilla entre los tallos de batata.
“¡Oh!”
Dejé de caminar porque me preguntaba cómo pudo florecer en un huerto de batatas. Pronto, ya no pude evitar exclamar contemplando de cerca la flor. ¡Era una flor de batata que solo había visto en fotografías! A pesar de haber crecido en un pueblo agrícola, nunca había visto directamente una flor de batata porque es muy rara. Miré alrededor para encontrar la flor en otro campo. Las hojas y los tallos habían crecido fuertes en esos campos, pero en ninguna parte encontré la flor.
Encontré una flor de batata en un campo pedregoso donde no me imaginaba verla, y solo la contemplé por un largo tiempo y pude sentir el amor de la Madre que crea la flor de vida en la tierra reseca de mi espíritu.
La tierra reseca cubierta con desperdicios que nadie cuidaba, era el campo de mi corazón antes de encontrar a Dios. Sin embargo, la Madre celestial cultivó y cuidó de la tierra más pobre. Ella regaba la tierra reseca que no atraía la atención de nadie y que no tenía esperanza, y finalmente hizo florecer la flor de vida.
Hoy, la señora que hizo que floreciera la flor de batata en un campo pedregoso, recoge piedras en otro campo. Me parece ver a la Madre celestial que está cultivando la tierra del corazón de las almas pedregosas incluso en este momento, esperando que todas las almas sean salvas.
Al igual que la Madre que nunca abandona ni siquiera un alma despreciable, sino que cuida de ella, quiero sacrificarme y esforzarme aun cuando quiero renunciar, a fin de poder florecer una flor de vida que no se marchite. ¡Por favor hágame llevar muchos buenos frutos en la tierra del sacrificio!
El amor calido de Dios Madre me salvó y me hizo florecer la flor de vida. Antes iba a la muerte pero ahora miro al reino de los cielo. Cuando no era nada, nadie me cuidaba. Pero Dios Madre me acercó y dio su gran amor para que sea consolado y revivido. Gracias a la Madre celestial por haber venido a esta tierra a fin de darnos la vida eterna. Desde ahora predicaré el evangelio para agradar a la Madre celestial y buscaré a mis hermanos y hermanas celesiales para volver juntos a la patria eterna. Madre, la gloria y honra sea usted para siempre. La amo mucho.
Si no hubiera venido Dios Padre Ahnsahnghong y Dios Madre (la Madre celestial) a esta tierra en la carne, habríamos estado sin vida. Sin saber porque vinimos a esta tierra y vivimos en esta tierra, finalmente, llegáriamos al infierno.
Doy gracias a Dios Padre Ahnsahnghong y a Dios Madre (la Madre celestial) a quienes nos dan la vida eterna gratuitamente y nos enseñan que existe el reino de los cielos.
Venga a la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial (IDDSMM) donde hay Dios verdadero.
Me pongo a pensar que la naturaleza nos enseña muchas cosas siempre…Aun cada flor y cada hoja del arbol contiene el amor de Dios. Gracias Padre Ahnsahnghong y Madre celestial que nos llena hoy también con su agua de la vida
¡Amén! Gracias a Dios por todo 🙂
Gracias a la Madre Celestial, que sanó los corazones de pecadores semejantes a piedras con la palabra del agua de vida y los hizo nacer de nuevo como hijos de Dios.