JJ Yu, Corea
El otoño pasado, trabajé como jornalero durante varios días, antes de comenzar un nuevo trabajo. Saludaba a los obreros de construcción y comenzaba a trabajar después de escuchar una breve explicación sobre mi trabajo.
El administrador, que había venido de otra región, parecía de unos 35 años. Es difícil hacer una carrera en el rudo negocio de la construcción y obtener reconocimiento, por eso pensé que él era diligente y trabajaba muy bien. Sin saber por qué, sentí compasión mientras trabajaba con él. Todo el tiempo él suspiraba profundamente.
Cuando di gracias a Dios antes de comer, el administrador me preguntó si yo asistía a la iglesia. Cuando le respondí que asistía a la Iglesia de Dios, su rostro se iluminó súbitamente, y me dijo que él también había llevado la vida de la fe en la Iglesia de Dios hasta hacía pocos años.
Sucede que el hermano había estado en la fe por mucho tiempo junto con su hermana, pero finalmente renunció a su fe religiosa debido a la severa oposición de su padre. Aunque siempre pensaba en Sion desde entonces, no fue capaz de regresar a Sion debido a su desfavorable situación, y porque se sentía avergonzado ante Dios. Diciendo esto, suspiró de nuevo.
Mientras lo escuchaba, solo pensaba en una persona: en nuestra Madre celestial. ¡Qué afligida debe de haber estado nuestra Madre, al ver extraviarse del camino de la vida a su hijo a quien había logrado encontrar después de la larga separación de seis mil años! Yo también me sentí muy triste.
“Hermano, la Madre celestial sigue esperándolo.” Dejando de lado muchas palabras, le dije esto. Él sonrió tímidamente, como si tuviera sentimientos encontrados.
El hermano quería escuchar las noticias de Sion y las palabras de la Biblia, pues sus recuerdos no eran muy claros. Puso mucha atención a lo que yo decía, sin perder ni una sola palabra.
El día que terminamos el trabajo, el hermano dijo que volvería al lugar de donde había venido. Tal parecía que aún no se había decidido. Cuando le pedí que regresara a Sion sin falta, solo sonreía amargamente y me decía: “Dios lo bendiga mucho”. No podía dejar de pensar en él, y oraba de todo corazón que pudiera fortalecerse y regresar a los brazos de la Madre sin falta.
Sin embargo, como comencé un nuevo trabajo y estaba ocupado con mi rutina diaria y con la obra del evangelio, gradualmente dejé de pensar en el hermano. Pasaron el otoño y el invierno, y el día siguiente de haber guardado las fiestas de primavera, recibí una inesperada llamada telefónica.
“Guardé la Pascua y todas las fiestas de primavera.”
Era el hermano. Me dijo que después de pensarlo mucho tiempo, cobró valor y volvió a Sion. Escuchando su alegre voz, me sentí abrumado de gozo y gratitud. Unos días después, el hermano me llamó de nuevo con voz emocionada. Me dijo que había visitado de nuevo el lugar de la construcción para un trabajo de reparación, y que había predicado la palabra a uno de los trabajadores, y que había hecho una cita para encontrarse con él de nuevo el siguiente día. Me pidió que lo acompañara a encontrarme con él, para que pudiera guiarlo a Sion.
El siguiente día, el hermano me llamó, pero su voz sonaba deprimida. Dijo que no había vuelto a saber de la persona con la que había hecho una cita. “Ahora puedo entender al menos un poco que el corazón de la Madre ha sido herido con ansiedad por causa mía”, dijo el hermano a punto de llorar.
Después de colgar el teléfono, pensé por un momento en el corazón de la Madre. Yo creía que entendía el corazón de la Madre, porque yo también educaba a mi hija. Sin embargo, estaba equivocado. Si hubiera escudriñado el corazón de la Madre y hubiera tenido su corazón, no habría olvidado tan fácilmente al hermano. Cuando escuché la historia del hermano por primera vez, me sentí muy triste como si me hubiera pasado a mí, pero eso fue todo. Pronto me olvidé de mi amado hermano que estaba esperando escuchar las noticias de Sion, pensando que estaba haciendo la obra del evangelio.
No obstante, la Madre nunca lo olvidó ni por un instante. Orando con lágrimas por el hermano, la Madre lo esperó cada minuto. Finalmente el infinito amor y la ansiosa oración de la Madre, hicieron que el hermano cambiara de parecer y dirigiera sus pasos a Sion.
Isaías 49:15-16 “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; […]”
Ahora puedo entender el corazón de la Madre al menos un poco. Madre, por favor perdóneme por ser tardo en comprender su corazón. Ahora jamás olvidaré su corazón y encontraré a mis hermanos y hermanas perdidos teniendo su corazón.
Esta es la fragancia de Sion de un miembro de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial que cree en Cristo Ahnsahnghong y en Dios Madre.
Me hace pensar nuevamente que estamos en Sion a salvo y recibiendo toda bendición de Dios gracias a nuestros padres celestiales que nunca nos han olvidado. Agradezco por su gran amor y la ansiosa oración por nosotros. Tengo muchas emociones para compartir este gran amor de Dios Padre y Dios Madre con todas las personas del mundo. Dios los bendiga.
Amen!!
Me hace pensar nuevamente que estamos en Sion a salvo y recibiendo toda bendición de Dios gracias a nuestros padres celestiales que nunca nos han olvidado. Agradezco por su gran amor y la ansiosa oración por nosotros. Tengo muchas emociones para compartir este gran amor de Dios Padre y Dios Madre con todas las personas del mundo. Dios los bendiga.
Amen!!
Nuestra Madre celestial hoy también está esperando ansiosamente que vuelvan su amados hijos celestiales. Voy a buscar diligentemente a mis hermanos con el corazón de la Madre celestial.
No olvidemos el corazón de nuestra Madre celestial. Gracias por su amor.
Yo también quiero buscar a los hermanos y las hermanas perdidos quienes Dios Madre está esperando ansiosamente. Quiero complacer a Dios Madre. Ánimo.
Hasta que venga nuestro Padre, anunciemos a la Madre y el nuevo pacto.
Nuestra Madre celestial hoy también está esperando ansiosamente que vuelvan su amados hijos celestiales. Voy a buscar diligentemente a mis hermanos con el corazón de la Madre celestial.
No olvidemos el corazón de nuestra Madre celestial. Gracias por su amor.
Yo también quiero buscar a los hermanos y las hermanas perdidos quienes Dios Madre está esperando ansiosamente. Quiero complacer a Dios Madre. Ánimo.
Hasta que venga nuestro Padre, anunciemos a la Madre y el nuevo pacto.
Aunque nosotros olvidamos a nuestra Madre celestial viviendo en esta tierra, Dios Madre nunca puede olvidarnos. Por eso vino a esta tierra en la carne dejando la gloria del cielo. Le doy gracias por su gran amor.
La Madre celestial muchísima gracias por haber venido a esta tierra para buscarme. No olvidaré su amor profundo.
Dios Madre está esperando los hijos perdidos.
Encontraré a mis hermanos y hermanas perdidos teniendo corazón de la Madre celestial.
Aunque nosotros olvidamos a nuestra Madre celestial viviendo en esta tierra, Dios Madre nunca puede olvidarnos. Por eso vino a esta tierra en la carne dejando la gloria del cielo. Le doy gracias por su gran amor.
La Madre celestial muchísima gracias por haber venido a esta tierra para buscarme. No olvidaré su amor profundo.
Dios Madre está esperando los hijos perdidos.
Encontraré a mis hermanos y hermanas perdidos teniendo corazón de la Madre celestial.
“…yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; […]”
yo tambien numca me olvidere de Madre Celestial.
Nunca olvidaré el amor de la Madre Celestial que nunca olvida a sus hijos y ora por ellos. También practicaré el amor de la Madre Celestial y oraré por los hermanos y hermanas espirituales.
Completamos nuestra misión de transmitir el amor de la Madre Celestial al mundo. Espero que todas las personas en el mundo se den cuenta y acepten a la Madre Celestial, se salven y vayan al cielo.
Sin el amor de la Madre Celestial, nadie podría salvarse. Con el amor de la Madre Celestial, también debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para encontrar a nuestros hermanos y hermanas perdidos.
¿Sabes quién es él que recibio el amor infinito de la MadreCelestial?
Somos las personas más felices del mundo, recibiendo el amor infinito de la Madre Celestial.
Ahora, espero que las bendiciones y el amor que recibí de la Madre Celestial sean compartidos con muchas personas para que ellos también sean bendecidos como nosotros y vayan al cielo.
El amor de la Madre Celestial no se puede medir. A la Madre Celestial, que aún espera el regreso de sus hijos, quiero alegrarme de encontrar a mis hermanos y hermanas.
Amén. Dios Madre está orando por nosotros sin olvidar ni un solo momento.
¿Qué podemos hacer para devolver el gran amor de Dios Madre?
Trabajemos en encontrar hermanos y hermanas que aún no han regresado a Dios Madre.