Im MR, Corea
Esto sucedió cuando tenía nueve años de edad. Un día mi mamá y mi abuela escucharon la noticia como un rayo que cayó del cielo. Mi papá había tenido un accidente automovilístico. Ellas corrieron de prisa al hospital.
“¿Qué tan herido estará? ¡No creo que haya muerto! ¡No, es imposible!”
Era horrible estar en casa con mis dos pequeñas hermanas sin saber lo que le había sucedido a mi papá. Era más horrible porque mi casa estaba bastante aislada del pueblo y había un cementerio detrás de ella. Mi mamá no regresó a casa los dos días siguientes. Solo había una señora en el pueblo que venía y preparaba la comida para nosotras.
Días después, mi mamá regresó a casa. Parecía que había perdido peso y se veía muy débil, sin fuerza. Tomó rápidamente algo de ropa y me dijo que cuidara de mis dos pequeñas hermanas porque probablemente no regresaría por un tiempo. Aunque no sabía exactamente lo que estaba pasando, parecía bastante serio. Quería decirle que era horrible estar en casa solas porque parecía que iba a entrar un fantasma, pero no pude. Pasé unos días más con mis pequeñas hermanas.
Después de algunos meses, mi mamá nos llevó al hospital donde estaba mi papá. La puerta se abrió, y vimos a papá. Él estaba delgadísimo y sus brazos y piernas estaban vendados. Nos dio la bienvenida con una sonrisa, pero yo sentí extrañeza, por eso solo lo miré de lejos.
Él regresó a casa después de un año, pero no pudo conseguir trabajo por su cuerpo adolorido. Mi mamá se hizo responsable de mi familia y mi papá adelgazaba más y más.
Pero un día mi papá empezó a reparar la casa. Hizo un almacén y arregló el baño y la cocina. Pero después de pasar unos años, dejó de reparar la casa alquilada porque nunca sería nuestra. Luego compró un terreno cercano y empezó a construir una casa.
Nuestra casa nueva finalmente quedó lista, y era la más bonita y fuerte de nuestro pueblo. En esos días, las demás casas tenían techo de tejas o de paja. Nuestra casa fue la primera hecha de ladrillos en nuestro pueblo. Esta fue la primera casa propia de mi familia. Mi padre también se veía muy feliz. Invitó a muchos vecinos y les mostró los ambientes de la casa. Yo también me sentía feliz cuando veía lo satisfecho que estaba mi papá. Después de terminar de construir la nueva casa, mi papá hacía trabajos agrícolas, y parecía que se sentía mejor. Finalmente nuestra familia pudo disfrutar de una felicidad normal. Pero la felicidad no duró mucho.
Cuando conseguí un empleo, me independicé. Un día, escuché algo que no podía creer. Mi papá había fallecido repentinamente. Corrí a la morgue, y todo lo que vi fue la fotografía de mi difunto padre.
Mi abuela dijo que su cuerpo aún estaba en malas condiciones aunque él no lo expresaba. Le dolía mucho el cuerpo como si todos sus huesos estuvieran siendo cortados en pedazos, y no podía dormir bien. ¡Qué doloroso habrá sido construir una casa con el cuerpo adolorido con todo su corazón y su mente! Él construyó una casa nueva con el dinero que recibió de la compañía de seguros por su accidente. Todo esto fue solo para que nosotros pudiéramos tener una vida cómoda. Yo no sabía nada de estas cosas hasta que lo escuché de mi abuela después de la muerte de mi papá.
Desde que era pequeña, siempre creía que era más madura que mis amigas. Pensaba que había crecido por mí misma sin la ayuda de mis padres. Estaba equivocada.
Incluso después de conseguir trabajo y ganar dinero, nunca le di a mi papá ninguna comida que le gustara, ni una sola vez. Fui una mala hija. Estaba muy ocupada cuidando solo de mí y no cuidé de la salud de mi papá. Pero mi padre me llamaba todos los días y me preguntaba cómo estaba. Echo de menos la voz de mi papá que solía escuchar en el teléfono. Pero ahora, aunque lo llame, él no estará allí para responder mi llamada. Lo único que hay es la casa que mi padre construyó para nosotros. Nuestra casa está llena del amor de mi padre.
Me gustaría decirle esto a mi papá:
“Gracias por haber construido una casa en nuestro pueblo para que pueda venir y descansar. Y lo amo.”
El Padre celestial ha preparado el hogar celestial. Ese lugar debe de estar lleno de su infinito amor. Verdaderamente agradezco a nuestro Padre celestial por preparar el lugar del reposo eterno para sus amados hijos.
Esta es la fragancia de Sion de un miembro de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial que cree en Cristo Ahnsahnghong y en Dios Madre.
Podía sentir el amor del Padre, aun que dolía su cuerpo mucho no mostrando su pena y construyó la casa para sus hijos. Por su sacrificio su familia podía disfrutar una vida comoda.
Éste pragancia de Sion me hace pensar en nuestro Padre celestial, Cristo Ahnsahnghogn.
Cristo Ahnsahnghong también llevó una vida dolorosa y penosa sin cuidar sí mismo solo para preparar la salvación de sus hijos durante treinta y siete años. Por su sacrificio ahora nosotros podemos estar en Sion, en su seno calido de la Madre celestial.
Padre Ahnsahnghong extraño mucho. Obedeceré a Dios Padre Ahnsahnghong y a Dios Madre para siempre y predicaré este evangelio a los siete mil millones de personas hasta que vayamos al cielo. Doy gracias infinito a Cristo Ahnsahnghong y a Dios Madre.
Fue la fragancia de Sion que me hace pensar el sacrificio de Dios Padre Ahnsahnghong.
Me recuerdo que Dios Madre (la Madre celestial) dijo lagrimando que Padre no había comido bien cuando estaba a esta tierra.
Dios Padre Ahnsahnghong vino a esta tierra en la carne para llevarnos al hogar del reino de los cielos y caminó solo el camino de sacrificio. Le doy gracias al Padre por su gran amor. Como la última palabra de Padre, voy a seguir a Dios Madre fielmente.
Por eso ciertamente voy a recibir a Dios Padre Ahnsahnghong con Dios Madre (la Madre celestial)
Muchísima gracias a Dios Padre y a Dios Madre por su gran amor.
Cierto. Dios Padre nos ha preparado el hogar celestial. Estoy agradecida a Dios Elohim quien nos espera más de 6 mil años y nos prepara hermoso hogar celestial, mi casa en el reino de los cielos.
Extraño mucho al Padre Celestial. Predicaremos diligentemente el Evangelio para que podamos encontrarnos con nuestro Padre Celestial lo antes posible, quien nos está preparando un lugar.
Familia es la unidad como uno. Todos se rien, lloran y viencen junto.