amén. Por eso Dios Padre y Dios Madre vinieron a esta tierra. La Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial cree en Dios Padre y Dios Madre. Espero que todos asistan al banquete de bodas y obtengan la vida eterna.

La Biblia registra el banquete de bodas del Cordero que tendrá lugar en los últimos tiempos.
Hace dos mil años, Jesús contó la parábola del banquete de bodas, pero la novia no apareció en ese momento.
Sin embargo, en el banquete de bodas registrado en el Libro del Apocalipsis, el novio, el Cordero y la novia aparecen juntos.
La fiesta de bodas perfecta tendrá lugar.
Y, así como la palabra de que son bendecidos los que participan en el banquete de bodas, la obra de dar vida eterna se hará realidad.

La esposa del Cordero, que apareció en el banquete de bodas en Apocalipsis 19, se representa como la novia en Apocalipsis 21.
El ángel reveló la identidad de la novia como Jerusalén que descendía del cielo.
La Jerusalén Celestial representa a nuestra Madre Celestial.

Dios Padre y Dios Madre invitaron a nosotros al banquete de bdas celestiaes para dar el agua de la vida.
Les doy gracias a Dios Padre y a Dios Madre por venir a esta tierra para nuestra salvación.

La profecía de Apocalipsis sobre la aparición de la Esposa significa que Dios Madre que mora en el cielo parecerá en esta tierra.
Los invitadores del banquete de bodas celestial deben conocen quien es el esposo y esposa en el banquete de bodas celestial.

Ap. 22/17 [Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.]
El Espíritu (Dios Padre) y la Esposa (Dios Madre) nos dan el agua de la vida, la vida eterna.
Venga al esposo(Dios Padre) y la esposa (Dios Madre) en el banquete de bodas celestial.

¿A quién representa la novia que aparece en el banquete de bodas del Cordero en el Libro del Apocalipsis?
Algunas personas afirman que la novia es una santa o una iglesia, pero aquí se nos dice que la novia y los que participan en la fiesta de bodas están separados.
La novia está en condiciones de dar bendiciones, y los que participan en el banquete de bodas están en condiciones de recibir bendiciones.
Por tanto, la novia representa a Cristo que nos bendice, y los que participan representan a los santos.
Y todos los invitados a la boda en los Evangelios también representan santos.

La Biblia dice que los que participan en el banquete de bodas celestial son bendecidos.
Porque, solo los que participan en el banquete de bodas celestial pueden conocer a los Salvadores de esta época, el Espíritu y la Esposa, es decir, Dios Padre y Dios Madre.
La Biblia dice que en la época del Espíritu Santo en que vivimos, el Espíritu y la Esposa nos dan el agua de la vida.
Los que creen y reciben a Dios Padre y Dios Madre, que son el Espíritu y la Esposa, pueden participar en el banquete de bodas celestial y recibir la bendición de la vida eterna.
Recibamos a Dios Padre y a Dios Madre que vinieron según las profecías de la Biblia y recibamos la bendición de la vida eterna.

"han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado... Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero"
Somos muy bienaventurados por conocer la Madre Celestial. Nuestro Dios Padre nos guió a la Madre Celestial. Doy muchas gracias a Dios Elohim por su gran sacrificio y el amor.

La Biblia testifica que la Jerusalén celestial desciende del cielo. El apóstol Pablo testifica que el Jerusalén celestial es nuestra Madre. Dios Madre llega a la carne a esta tierra para darnos vida y salvación. Seamos hijo de Dios que se salva al recibir a Dios Madre que apareció de acuerdo con la profecía de la Biblia.

Damos gracias y gloria al Padre y a la Madre celestiales, que son el Espíritu y la Esposa y nos dan el agua de la vida gratuitamente.

El conocimiento del Cordero y su Esposa en el banquete de bodas celestial es una bendición dada solo a los que son escogidos entre ocho mil millones de personas.

Sin nuestra Madre espiritual, no puede nacer una nueva vida.

En la obra de la redención de Dios de seis mil años, la promesa más grande es la vida eterna dada por la Madre.