Así como el Padre y la Madre celestiales nos aman y nos bendicen inmutablemente, no olvidemos nuestro primer amor y creamos en el Padre y la madre celestiales hasta el final y hagamos Su voluntad.

Dios incluso murió en nuestro lugar y nos dio vida eterna. Por lo tanto, siempre debemos dar gracias a Dios. La Biblia nos enseña a dar gracias en todas las circunstancias.

Doy gracias a Dios Padre Ahnsahnghong y Dios Madre por abrir mis ojos espirituales y guiarme para ver y comprender la verdad. Nuevamente agradezco a Dios Elohim por permitirme experimentar y ver milagros todos los días. Me convertiré en un hijo que da gracias a Dios en todas las cosas.

Gracias por dejar que Dios lo vea y lo escuche. Gracias a Dios Padre y Dios Madre por guiar a Dios. Siempre agradezco a Dios Padre Ahnsahnghong y Dios Madre y glorifico a Dios Elohim.

Que bendecidos somos q podemos llamar a nuestro Dios nuestro Padre y Madre y confiar en Ellos y recibir la ayuda de Dios todo el tiempo

A menudo nos olvidamos de dar gracias por haber sido dado durante mucho tiempo sin precio. Es como si diésemos por sentado que vivimos sin ningún aparato y respiramos libremente, y nos acostumbramos y olvidamos la gratitud. Sin embargo, debemos estar agradecidos de que se nos proporcione de forma gratuita el aire limpio que necesitamos para vivir. Porque si olvida esto, puede terminar perdiendo algo valioso.
Asimismo, siempre debemos agradecer a Dios, dándonos cuenta de que Dios nos concede no solo el perdón de los pecados y la bendición de la vida eterna, sino también todo lo que necesitamos para caminar por el camino de la fe.
Hace dos mil años, Jesús sanó a 10 leprosos. Pero solo uno de ellos volvió a Jesús para agradecerle. En ese momento, Jesús preguntó dónde estaban los otros nueve y se amargó. Y prometió la salvación al que saliera con gratitud. (Lucas 17:11-19)