Con diligencia predicarè al mundo el amor y la gracia de la Madre Celestial, que nos dio el agua de la vida y nos ha guiado al camino del cielo.

Los hijos de Sion, nosotros debemos comprender el dolor y el sufrimiento de ls Madre que se preocupa por la seguridad de las almas de sus hijos y los protege todos los días, desde muy temprano hasta muy tarde.

También debemos compartir el yugo que la Madre está llevando y ayudarla con una sola mente.

Debemos despertar de nuestro sueño y necedad espiritual, considerar los sufrimientos de la Madre, comprender su corazón y vivir de una manera digna de los hijos de Jerusalén que la aman.

Doy gracias a Dios Madre que bajó del cielo a esta tierra según las profecías de la Biblia, por su amor y sacrificio.
Dios Madre está muy complacido de encontrar a su hijo perdido. Me convertiré en un hijo maduro de Dios que corresponde al amor que recibí de Dios Madre.

Hagámonos hijos que no olviden el amor y la gracia de la Madre que siempre se sacrifica por nosotros. Y difundamos el amor y la gloria de la Madre Celestial entre todas las personas.

La Biblia registra las personas que se salvarán al final.
Se dice que son los que moran con el Cordero en el monte de Sion y siguen al Cordero a dondequiera que los lleve.
En la Biblia, el cordero representa a Jesús.
Las personas que serán salvas y que estén con Jesús en la Segunda Venida en los últimos días son aquellas que caminan no solo con Dios Padre, que es el Espíritu Santo, sino también con Dios Madre, que es la novia.
Esto se debe a que fue profetizado que en la era del Espíritu Santo, el segundo advenimiento de Jesús, el Cordero, aparecería con su esposa.
Y es la Madre Celestial unica quien está con sus hijos hasta el final y los conduce al cielo.
La Madre Celestial como Jerusalén celestial soporta toda la vida dura y agotadora en la tierra por el bien de sus hijos y los guía al camino del cielo con amor.

Dios Madre es nuestro todo.
Dios Madre siempre me ayuda cuando no puedo hacer nada.
Y la Madre Celestial me enseña por dónde debo ir.
A través de Dios Madre, puedo ganar fuerza y ​​tener esperanza en el cielo.
Doy gracias a la Madre Celestial que está con nosotros en esta tierra y camina sólo por el camino del sacrificio.

Toda la gloria y el honor sean dados a nuestra Madre Jerusalén que ha descendido del cielo para darnos la vida eterna. Seguiré a Dios Madre dondequiera que Ella me lleve porque sé con certeza que ese es el camino a la salvación.