En la Biblia, Dios expresó a las últimas personas que se salvaron como Su simiente.
Entre las creaciones naturales creadas por Dios, la semilla es un ser con características extrañas.
Cuando la vida crece en la semilla, se supone que se parece a la planta original, que es la madre.
Y la semilla tiene un espíritu fructífero.

El dicho de que Dios nos consideraba semillas implica que si nacemos de nuevo y crecemos en la verdad, nuestra imagen debe parecerse a Dios y debe dar fruto.
Si no aprendemos adecuadamente el sacrificio y el amor que Dios ha caminado, no podremos cumplir plenamente nuestro papel como simiente de Dios.

Dios mismo ofreció el cuerpo santo como ofrenda por la culpa para dejar Su simiente en esta tierra.
Nosotros, que nos convertimos en semillas mediante el sacrificio de Cristo, debemos asemejarnos a Cristo en el propósito y el significado de la vida en este mundo.
Cristo oró fervientemente desde temprano en la mañana y predicó bendiciones de un pueblo a otro.
Nos ha dado un ejemplo de humildad y obediencia hasta la muerte.
Imitemos todos el hermoso carácter de Cristo y seamos niños que cumplen nuestro parte como la semilla de Dios que predica a Dios Ahnsahnghong y la Madre celestial, el salvador de época del Espíritu Santo.