Si dices que eres cristiano, piensas que eres más amable y educado que las personas que no creen en Dios. Esto se debe a que hay enseñanzas morales a lo largo de la Biblia que debemos cumplir como hijos de Dios. Más bien, a menudo veo casos donde las palabras o las acciones no son correctas a pesar de que dicen ser cristianos.
Si crees en Dios, debes mostrar la gloria de Dios con hermosas acciones y palabras de gratitud, como Cristo mismo dio un ejemplo. Sobre todo, debemos dedicar nuestro corazón a salvar una vida.

Jesús también mostró buenas obras y predicó el evangelio. Nosotros, que hemos seguido ese ejemplo, hablemos también palabras buenas y virtuosas y seamos hijos que mostramos la gloria de Dios con buenas obras.

Dios Madre también nos enseñó la lección: 'Si alabas a tus hermanos y hermanas, ellos volverán a ti'.
Dios se complace cuando decimos muchas cosas que glorifican a Dios y alabamos a nuestros hermanos y hermanas.

Sí. Los pensamientos de la gente acerca de los cristianos son todos iguales. Elohim Dios siempre ha dado el ejemplo de guiar a las personas que nos rodean al camino de la salvación con palabras de gracia y palabras edificantes, así que sigamos ese ejemplo y llevemos a muchas personas a la verdad de la salvación.

La lengua es la raíz del pecado.  Cuando Jesús fue crucificado, el ladrón de la mano derecha confesó y aceptó a Jesús.  Con las palabras que dijo, podría estar en el paraíso con Jesús.  Las palabras son nuestro corazón.  Debo hablar palabras amables con un buen corazón.

Sigamos el ejemplo de Dios y seamos hijos de Dios que expresen la gloria de Dios con palabras llenas de gracia!

amén. Así como Dios dio el ejemplo de palabras y acciones llenas de gracia, imitemos a Dios y practiquemos palabras y acciones virtuosas y llenas de gracia.

Aunque las palabras salgan de la misma boca, hay palabras que benefician a la otra persona y palabras que no. Jesús dio lecciones sobre palabras a lo largo de la Biblia. En esa medida, una de las virtudes que debe tener un hijo de Dios son las palabras virtuosas, las palabras de gracia y las palabras de gratitud. Además, lo más importante es difundir el evangelio, que es la palabra que salva vidas agonizantes. Debemos convertirnos en hijos que lleven el evangelio a Samaria y hasta los confines de la tierra, siguiendo el camino que siempre dieron ejemplo Dios Padre y Dios Madre.