Dios es amor (1 Juan 4:8). Dios, que administra y gobierna todo el universo, y recibirá honor y gloria de diez millones de ángeles, ha dejado atrás la gloria del cielo y vino a una pequeña tierra llamada Tierra para salvar a Sus hijos. Vino en la misma carne que los pecadores, soportó toda la vergüenza y los insultos sufridos por los pecadores, y caminó por el camino del sacrificio, esperando solo la salvación de sus hijos. Por eso la Biblia dice que Dios es amor.

Recordemos el hecho de que somos lo que somos hoy por tal amor, y tengamos presente el santo amor y sacrificio del Padre y la Madre celestiales que vinieron a esta tierra para salvar a sus hijos.

Caminó a través de tiempos difíciles dos veces sin dudar para salvarnos. Nunca debemos descuidar esta gran gracia de la salvación. Incluso si lo recibimos gratuitamente, el valor de la salvación que Dios nos ha otorgado no es insignificante.
Como en Esaú, te pido sinceramente que no te pierdas las bendiciones eternas al permitirte placeres y placeres momentáneos. Corramos hacia el cielo con todas nuestras fuerzas para que la gracia de salvación que Dios nos ha dado no sea en vano. Al examinar constantemente si estoy cometiendo o no el error de notar que el tiempo que dedico a la carne no es en vano, y que el tiempo de Cristo, que eligió una vida de sufrimiento para salvarme, no vale la pena, aférrense a salvación hasta el final y difundir el mensaje de salvación a todos en el mundo.