La Biblia describe la vida como un día como la hierba y las flores del campo (Salmo 103:15). La vida es tan corta y fútil.

Sin embargo, la vida no se trata solo de la vida en esta tierra, tiene un lugar de donde vino y un lugar a donde ir en el futuro. Después del final de esta vida, cualquiera debe irse al otro mundo. Entonces, pensemos en cuánta preparación estamos viviendo ahora para el reino de los cielos al que vamos a ir en el futuro. Cuando el Apóstol Pablo supo que el tiempo de su partida era inminente, dijo: “He corrido todas mis carreras, y desde ahora me está preparada la corona de justicia” (2 Timoteo 4:6-8). Esto significa que todo estará listo pronto. Detrás de la vida de Pablo, que fue a predicar el evangelio y sufrió innumerables persecuciones y sufrimientos por causa de Cristo, estaba la preparación perfecta para el reino de los cielos.
Nosotros también deberíamos poder decir con confianza que “todo lo que he hecho en el tiempo de la fe de acuerdo con la voluntad de Dios ha sido preparado por mí”. Examinemos una vez más nuestros propios preparativos, permanezcamos en el Espíritu Santo y en la fe hasta el final, y demos mucha gloria a Dios con la creencia de que nada en el mundo puede separarnos del amor de Cristo.
Además, necesitamos difundir el evangelio a aquellos que no están listos para que puedan prepararse. Espero sinceramente que todas las personas del mundo puedan arrepentirse y salvarse de acuerdo con las enseñanzas de la Biblia para que todos puedan ir a la patria eterna del Cielo preparada por el Padre y la Madre para disfrutar de la vida y la felicidad eternas. Pedimos una y otra vez que todos los miembros de la familia de Sión dediquen todo su corazón a salvar una sola alma, una sola alma y una sola alma, y ​​conviertan muchas almas al camino de la salvación para que puedan participar de la gloria eterna que el Padre y la Madre he preparado.