Amén. Hasta que Dios Madre, la Jerusalén Celestial sea alabado en el mundo, alabaremos la gloria de Dios Madre y nos convertiremos en hijos que difunden amor. Doy gracias a Dios Madre por su gran amor.

La misión más bendita en esta época es la misión de predicar a la Madre Celestial.
Cumplamos la misión de predicar a la Madre Celestial en todo el mundo, quien nos da el agua de la vida, y entremos juntos al cielo.

Hace 2 mil años, los Miembros de la iglesia primitiva predicaban Jesús quien era salvador en la época del Hijo.
Y guardaron los palabras de Dios que Jesùs nos dio ejemplo.
Nosotros también, debemos creer en Dios Madre y predicarla.
Porque Dios Madre es nuestra salvadora en esta época.
Creamos en Dios Madre y guardemos sus mandamientos para recibir la vida eterna e ir al reino de los cielos.

Si somos el pueblo de Dios, debemos mostrar la gloria de Dios. Porque Dios nos ha hecho para revelar Su gloria.
Convirtámonos en hijos que muestren la gloria de la Madre Celestial, que vino a esta tierra para salvarnos.

En los últimos días, Dios Madre vino a esta tierra para darnos el agua de vida. Seamos protagonistas de la profecía que revela la gloria de Dios Madre, que nos da la vida eterna.