Al escuchar el término "reforma", la mayoría de las personas en los reformadores del siglo XVI como Lutero, Zuinglio y Calvino. Los reformadores de ese entonces trabajaron arduamente para erradicar la corrupción de la Iglesia Católica Romana que había dominado Europa durante mucho tiempo, y reformar doctrinas antibíblicas. Este reforma no perfecta. Es porque, los reformadores no lograron restablecer las verdades del nuevo pacto. Por ejemplo, no pudieron restaurar la Pascua, que es la verdad central del nuevo pacto y tiene la promesa del perdón de pecados y la vida eterna, y guardaron el culto dominical en lugar del Día de Reposo de Dios. Esto muestra que la reforma de aquel tiempo fue imperfecta e incompleta.

La situación se mantuvo igual incluso después del siglo XVI. Muchos estudiaban la Biblia e insistían en la reforma religiosa, pero ninguno de ellos recuperó la verdad de vida enseñada por Jesús. Esa es la razón por la que numerosas iglesias no han guardado hasta la actualidad la verdad del nuevo pacto, incluyendo el Día de Reposo y la Pascua que Jesús y los apóstoles celebraron. En cambio, han estado observando el culto dominical y la Navidad que no se hallan en la Biblia.

Por eso, a fin de que el pueblo de Dios sea salvo, debe llevarse a cabo la reforma parfecta; el movimiento para restaurar toda la verdad del nuevo pacto y erradicar el desafuero.

¿Quién, entonces, puede ?
¿Un famoso líder religioso?
¿Un predicador?
¿O un teólogo de alto nivel académico?
Ninguno de ellos puede hacerlo.

Dn. 7:22 "hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino."

Aquí, el "Anciano de días " se refiere a Dios (Dn. 7:9-10). Dios mismo viene en esta tierra y libra a su pueblo de la cadena del desafuero.
Por lo tanto, debemos recibir a Jesús que viene por segunda vez para cumplir la reforma perfecta antes del Último Juicio. Solo entonces podremos librarnos del desafuero de Satanás y entrar en el eterno reino de los cielos.