Cuando vamos a la iglesia, escuchamos mucho decir que somos pecadores.
¿Por qué somos pecadores?
La Biblia nos dice que somos pecadores que hemos pecado desde el cielo y hemos descendido a la tierra que es la ciudad de refugio.
También se dice que el paga del pecado es la muerte, por eso somos pecadores que cometimos la pena de muerte(Ro. 6:23).
Dado que los condenados a muerte están indecisos, no tienen más remedio que vivir una vida dolorosa y ansiosa porque no pueden saber cuándo se confirmarán sus sentencias y las llevarán a la muerte.
Entonces, ¿no es que lo más necesario en un preso condenado a muerte es ser salvo?
También Jesús, que vino a esta tierra hace 2000 años, dijo que vino a llamar a los pecadores para la salvación de la humanidad que fue condenada a muerte espiritual.

Lc. 19:10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Mt. 9:13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

Esto significa que Jesús salva a los pecadores, pero encuentra y salva a aquellos que se dan cuenta y reconocen que son pecadores.

1Jn. 1:7~10 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Por la gracia de nuestro Padre y nuestra Madre celestiales, nos convertimos en personas que aceptaron la verdad del nuevo pacto y vivieron en la luz.
De esta manera, el nuevo pacto limpia todos los pecados, pero los que piensan que no son pecadores se engañan a sí mismos y no tienen verdad en ellos, sino que hacen de Dios un mentiroso.
Pero el que admite que es un pecador queda limpio de todos los pecados.
Es por eso que los que no hacen la voluntad de Dios no admiten que son pecadores, y al final, Dios niega que no los conoce, y nunca serán perdonado y no podrán ir al cielo(Mt. 7:21~23).
Dios vino a llamar a los pecadores.
Reconozcamos que somos pecadores, arrepintámonos, volvamos a Dios y seamos los que hacen obras dignas de arrepentimiento..