Todas las personas de este mundo tienen padres.
Y heredamos la vida a través de nuestros padres.
Este es el principio dado por Dios que creó todas las cosas.
Lo mismo ocurre con el mundo de los espíritus.
La vida espiritual también se puede recibir a través de los padres espirituales.
Recibimos la vida a través de Dios Padre y Dios Madre, pero finalmente la recibimos a través de Dios Madre.
La existencia de Dios Madre es muy clara de la Biblia.

La Biblia testifica de la existencia de Dios Madre desde Génesis hasta Apocalipsis.
Cuando el mundo fue creado, Dios Padre y Dios Madre lo crearon juntos.
En esta última época, Dios Padre y Dios Madre, que son el Espíritu y la Esposa, juntos nos dan el agua de la vida.
Nosotros, que vivimos en la última época, debemos creer no solo en Dios Padre sino también en Dios Madre para recibir la vida eterna e ir al cielo.
Si no creemos en Dios Madre, nunca recibiremos el agua de la vida, la vida eterna.
Vayamos al cielo creyendo en Dios Madre, que vino a esta tierra para darnos vida eterna.

Negar la existencia de la Madre Celestial que testifica la Biblia es negar a Dios ya la Biblia.
Predicaremos diligentemente el evangelio del nuevo pacto pensando en las bendiciones y la gloria que recibirán los que reciban el agua de vida que nos da la Madre Celestial.

La Biblia testifica que la Madre Celestial, que dio a luz a nuestras almas, existe. Creamos y recibamos plenamente a la Madre Celestial, que nos dio la vida, y volvamos al cielo.

Como existe Dios Padre, Dios Madre también debe de existir. Ya que la existencia de Dios Madre es testificada por la Biblia, hay que aceptar las enseñanzas acera de la Madre celestial y creer en Ella.