Los hijos de Dios cometieron gran pecado contra Dios y fueron arrojados del cielo a la tierra. Ellos estaban destinados a la muerte. Sin embargo, Dios no los dejó en la muerte, sino que vino a la tierra y les perdonó con su propia carne y su sangre.

Ro.5 : 8~9 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Dios vino a salvar a sus hijos que estaban en bajo de la muerte. Y se sacrificó a si mismo por nuestros pecados. Así, su amor se confirmó por su gran sacrificio para sus hijos. Su amor de muestra por el sacrificio de la Madre celestial en esta época.

Gal. 4:26 mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

Ap. 21:9~10 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles... Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios.

Sin Dios Madre, ¿ cómo podemos ser hijos de la promesa. Antes que la recibamos, nunca podremos la parte de los hijos de la promesa. Además, ella ha descendido del cielo para cambiar el destino de sus hijos. Y se está sacrificando por pecados de sus hijos.
Gracias a la Madre celestial por hacerme sentir su gran amor.