Arad la tierra añeja del corazón,
Author
Caleb bendito
Date
2021-12-14 12:31
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El labrador ara la tierra antes de sembrar la semilla para que coseche el trigo. Si se siembra la semilla en la tierra añeja, ella no crecerá bien ni será buen trigo. Del mismo modo, espiritualente tenemos que arar nuestro corazón para que la palabra de Dios crece bien y la semilla del evangelio da buen fruto.
Jn.15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Dios es el labrador espiritual que siembra la semilla de la vida en nosotros. Si nuestro corazón es sólido y viejo sin ararse nada, la semilla que él siembra no crecerá ni dará el fruto.
Os. 10: 12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
Jr.4:3 Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos.
Esta palabra no es para la labra física, sino la espiritual. Dios quiere que le conozcamos bien y cumplamos sus palabras y mandamientos, de modo que seamos bendecidos y salvos. La previa condición de que podamos ser bendecidos es arar nuestro corazón viejo.
Mt.13:3~ 9 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.... Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.
Jesús nos enseña qué tipo de corazón debemos tener a través de esta parábola. ¿ en cuál parte cayó semilla dio fruto? Parte cayó en buena tierra. Esto quiere decir que cuando tengamos el corazón bueno segaremos buen fruto, el buen resultado del evangelio. Esto es lo que Dios quiere para nosotros.
Jn.15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Dios es el labrador espiritual que siembra la semilla de la vida en nosotros. Si nuestro corazón es sólido y viejo sin ararse nada, la semilla que él siembra no crecerá ni dará el fruto.
Os. 10: 12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
Jr.4:3 Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos.
Esta palabra no es para la labra física, sino la espiritual. Dios quiere que le conozcamos bien y cumplamos sus palabras y mandamientos, de modo que seamos bendecidos y salvos. La previa condición de que podamos ser bendecidos es arar nuestro corazón viejo.
Mt.13:3~ 9 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.... Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.
Jesús nos enseña qué tipo de corazón debemos tener a través de esta parábola. ¿ en cuál parte cayó semilla dio fruto? Parte cayó en buena tierra. Esto quiere decir que cuando tengamos el corazón bueno segaremos buen fruto, el buen resultado del evangelio. Esto es lo que Dios quiere para nosotros.
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Dios Madre dijo que un buen árbol produce buenos frutos. Para que seamos bendecidos por Dios, primero debemos cultivar nuestro corazón con la palabra de Dios. Debes tener un buen corazón como Dios.
Si siembra una semilla sin cultivar la tierra vieja, la semilla no crecerá y morirá.
Asimismo, Dios dijo que debemos cultivar nuestros corazones viejos para dar buenos frutos.
De ahora en adelante, abandonaré mis malos hábitos y predicaré el evangelio con un corazón hermoso.
Así como una semilla plantada en buena tierra puede dar fruto, debemos cultivar el campo de nuestro corazón para plantar buenas semillas. Además, cuando la semilla se convierte en un buen árbol, puede dar buenos frutos en abundancia. Fertilicemos siempre nuestro corazón con amor y regámoslo con la palabra de Dios para cultivar buenos campos.