Es importante vivir fiel y diligentemente en esta tierra, pero primero debemos tener una verdadera meta, comprendiendo por qué necesitamos llevar una vida fiel. La vida sin metas no tiene sentido; no obstante, la mayoría de las personas se trazan metas en la vida solo por cosas que están delante de ellos, y viven ciegamente sin encontrar respuestas a la vida.

Muchas persiguen las riquezas y la gloria del mundo para sí mismos o para su familia, pero desafortunadamente la mayoría de sus esfuerzos terminan siendo en vano. Las riquezas y la gloria no pueden ser una verdadera meta en la vida.

Incluso Alejandro Magno, considerado un héroe en el mundo, no pudo dar otra respuesta que "morir" cuando le pregutaron qué haría después de conquistarlo todo. ¿Y nosotros? Un mundo aún más significativo está esperándonos. Por eso no debemos trazamos metas solo para nuestra vida en esta tierra, sino para el eterno de los cielos.

1 Ts. 2:3-4 [...] sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase en evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.

Ya que la Biblia dice que fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, avancemos paso a paso para salvar al mundo, comenzando con salvar un alma llevando a cabo la misión de predicar el evangelio con la mentalidad y actitud adecuadas.