Una vida con metas es hermosa. Una vida sin metas no gana nada.
Una vida sin una meta no tiene sentido y es pesada: pero cuando corremos hacia una meta, nuestra vida está siempre llena de place.
He. 9/27 [ Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, ]
El hombre está destinado a morir. Después de esto, enfrentaremos el castigo o la salvación en el mundo espiritual.
Debemos mantener nuestras mentes fijas en el eterno mundo espiritual, establecer metas para nuestra fe y perseguirlas, no concentrándonos en las cosas terrenales que son insignificantes y vanas, de modo que podamos dejar huellas valiosas en nuestra vida, que es dada solo una vez.