Dios no salva nuestro cuerpo, sino a nuestra alma. El propósito de darnos nuestra vida en este mundo es comprender ¿ quiénes somos y de qué manera podemos recibir la salvación ? Por lo tanto, antes de pasar nuestra vida vagamente, tenemos que saber la voluntad de Dios y preparar para nuestra alma.

Jn.6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espítu y son vida.

Dios vino a la tierra a darnos la vida eterna. Y dijo que no salvara nuestro cuerpo, sino nuestra alma. Sin comprender la voluntad de Dios, la mayoría de las personas buscan lo inmundo y las cosas terrenales y preparan solo para su cuerpo, de modo que pierdan la oportunidad de ser salvas.

Jn.6:53~54 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Él permitió su carne y su sangre para que pudiéramos tener la vida eterna. Por lo tanto, debemos participar en su carne y su sangre para nuestras almas. Entonces, ¿ cómo podemos participar en su cuerpo y su sangre ?

Mt.26:26~28 Y mientras comían, tomó Jesús el pan,... esto es mi cuerpo. Y tomando la copa,... esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramsda para remisión de los pecados.

Jesús puso su carne y su sangre en la Pascua del nuevo pacto. Al guardarla podemos participar en su carne y su sangre, de modo que tengamos la vida. De este modo, nuestra alma vive por siempre en los cielos.
¿ Ahora están guardando la Pascua del nuevo pacto para la preparación de sus almas? Búsquenla diligentemente antes de llegar el tiempo determinado