Ahora caminamos por el desierto de la fe con el propósito del cielo. Si perdemos nuestro propósito original, no podemos llegar a nuestro destino. Habrá muchas dificultades, privaciones y tentaciones en el proceso de caminar por el desierto de la fe.
Sin embargo, Dios Padre y Dios Madre están siempre con nosotros y nos ayudan para que no perdamos la fe en el camino de la fe en el desierto.
Por lo tanto, siempre debemos confiar en Dios para tener la esperanza del cielo y perseverar hasta el final para ir al cielo.

Creo que el momento más difícil en el camino de la fe en el desierto es justo antes de la venida de Dios.

El momento en el que intentas alcanzar el objetivo final de cualquier cosa suele ser el más difícil. Por ejemplo, en un maratón, es muy difícil cuando la línea de meta final está cerca. Incluso en nuestra carrera de fe, el momento más difícil vendrá justo antes de que entremos en el reino de los cielos final, así que corramos al cielo con una fe que perdura hasta el final.

Como Josué y Caleb, creamos en las promesas de Dios y caminemos por el camino de la fe. Entremos todos en nuestra ciudad natal, el cielo.

Quiero ir a la Canaán celestial al creer y recibir al Padre Celestial y a la Madre Celestial en el camino de la fe en el desierto.

Nuestro proposito es el reino de los cielos hasta el final.

El reino de los cielos que Dios nos ha prometido se ha acercado mucho más.
Mientras recorre el camino de la fe, habrá momentos dolorosos y dolorosos.
Cada vez, no culpemos a Dios, sino que demos gracias a Dios y vivamos nuestras vidas mirando solo al cielo.

El propósito de la fe es el cielo, la salvación de las almas. Dios nos está guiando del desierto de la fe al cielo.
No culpemos a Dios bajo ninguna circunstancia y tengamos fe en Dios. Entremos todos al cielo, Canaán celestial.