Una persona viva es una combinación de cuerpo y alma. Cuando una persona muere, el alma va a Dios para ser juzgada. Para que nuestras almas entren en el reino de los cielos, debemos celebrar la pascua del nuevo pacto establecido por Dios. La Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial es la única en el mundo que guarda la Pascua del nuevo pacto.

Dios mismo creó al hombre. Cuando el hombre fue creado, creó un cuerpo y un alma combinados. Y cuando una persona muere, el cuerpo y el alma se separan y cada uno vuelve a su lugar original. Así que tenemos algo que recordar antes de regresar a donde estábamos. El que nos creó es el Dios Creador. Todas las respuestas a nuestras almas se encuentran con el Dios que las creó. No importa cuán inteligentes se reúnan las personas, no se pueden comparar con los pensamientos de Dios el Creador. Puedes encontrar la verdadera felicidad cuando te conoces a ti mismo. Y la única manera segura de conocerme a mí mismo es con Dios. Entonces Dios nos dijo que lo recordáramos antes de que nuestras vidas terminaran. No debemos olvidar lo especiales que somos los que conocemos al verdadero Dios y buscamos la verdadera felicidad.

Sí Avancemos hacia el mundo de la eternidad. Avancemos hacia el Cielo, la ciudad natal de nuestras almas, el mundo del Padre Celestial Ahnsahnghong y la Madre Celestial, los padres de nuestras almas.

La Biblia dice que el hombre se compone de un alma y un cuerpo, que el alma es del cielo y volverá al cielo, y que el cuerpo es de la tierra y volverá a la tierra.  Debemos poner más énfasis en el alma fundamental dada por Dios.  Debemos valorar más el alma capaz de vida eterna que la vida del cuerpo, que tiene un fin, y debemos temer y seguir a Dios, quien originalmente creó el alma.  Debemos vivir una vida que sigue a Dios Padre ya Dios Madre.

El alma que llevamos dentro es innegable porque todo el mundo la siente, aunque no se vea.
Las emociones y pensamientos que las personas sienten no son sentidos por el cuerpo, sino sentidos y pensados ​​por el alma.
La Biblia testifica claramente acerca de nuestras almas y nos dice que la vida del cuerpo es diferente de la vida del alma.