La Fiesta de los Panes sin Levadura es una fiesta que se celebra el día después de la Pascua, y el nombre de la era del Nuevo Testamento también se llama Pasión.  A través del Antiguo y Nuevo Testamento, la Fiesta de los Panes sin Levadura es una fiesta asociada con la amargura, el sufrimiento y el dolor, desde los sufrimientos de los israelitas hasta los sufrimientos de Cristo.  Detrás del hecho de que Dios instituyó la fiesta del sufrimiento y convirtió en regla guardarla, va más allá de simplemente recordar los sufrimientos de los israelitas y de Cristo, y también contiene la voluntad de recordarnos con qué mentalidad debemos transitar el camino. de la fe.  Entre las fiestas de Dios, debemos darnos cuenta del verdadero significado de la Fiesta de los Panes sin Levadura a través de la Biblia.  Dios no dudó en pasar por el sufrimiento de la cruz para tomar nuestros pecados y por nuestra paz y sanidad.  Además, vino a esta tierra una vez más para conducir a sus hijos al eterno reino de los cielos y dejó huellas de sufrimiento.  E incluso en este momento, Dios Madre está a nuestro lado, acompañando a nuestros hijos en este camino de sufrimiento para llevar la pesada carga del pecado.
Nosotros, que estamos recibiendo mayor amor de Dios que los apóstoles hace 2000 años, ahora debemos tener una fe madura.  Si nos deshacemos de la carga del sufrimiento mientras caminamos por el camino de la fe, la Madre Celestial seguramente llevará esa carga.  No debemos cometer el acto no filial de llevar nuestras cruces individuales sobre la Madre.
Sigamos las huellas de Cristo que recorrió el camino del sufrimiento con alegría y acción de gracias.  Pensando en el momento en que venimos a Dios con una apariencia radiante como el oro puro, celebremos siempre el amor de Dios que hace a sus hijos perfectos y fuertes a través de las dificultades.  Espero que se conviertan en miembros de la familia de Sión que salvan al mundo practicando el noble amor sacrificial de Cristo contenido en el sufrimiento y recorren el camino de la fe que es verdaderamente bueno y hermoso a los ojos de Dios.