Hace 2000 años, Jesús prometió a sus discípulos que les daría el poder del Espíritu Santo en el futuro, y después de pedirles que predicaran el evangelio a Samaria y hasta los confines de la tierra, ascendió al cielo. Así como dijo: “Os doy ejemplo para que hagáis” (Jn 13,15), la ascensión de Cristo nos dice que los santos que siguen a Cristo pueden cambiar y ascender al cielo en el futuro. Cuando se predique el evangelio en todo el mundo y se complete la obra de redención de Dios, los últimos santos que hayan cumplido su misión serán honrados de ascender al cielo tal como Jesús ascendió al cielo. La Biblia testifica que los muertos en Cristo resucitarán en el último momento, y los que hayan sobrevivido y recibido a Cristo serán transformados de repente y saludarán la gloria de ascender al cielo (1 Cor 15, 50-53). La razón por la cual la Iglesia Primitiva pudo crecer grandemente y abrir el comienzo del evangelismo mundial fue porque los santos confiaron completamente en el poder de Dios en lugar de confiar en la habilidad o sabiduría del hombre. Debido a que todos confiaron en el Espíritu Santo dado por Dios y llevaron a cabo el evangelio con una sola mente, Dios agregó más personas cada día.
Incluso hoy, el evangelismo mundial es algo que nunca se puede lograr con habilidades individuales. La obra de creer y alabar al Espíritu ya la Esposa, los salvadores de esta era, todavía se lleva a cabo con entusiasmo en todo el mundo. Recordemos el último mandato de Cristo, "Seréis mis testigos en Samaria y hasta los confines de la tierra", y movámonos juntos al sonido de la trompeta de la profecía y prediquemos la noticia de salvación a todo el mundo, convirtiéndonos en mensajeros de Dios.
Cuando Dios encomienda una determinada misión a una persona, también le añade la capacidad de realizarla. Ningún padre enviará a su hijo a hacer un recado sin poner nada en sus manos. Asimismo, cuando Dios dice “Ve”, nos concede a todos el Espíritu Santo. Pongámonos por completo la armadura completa del Espíritu Santo derramado por el Padre y la Madre celestiales y trabajemos duro juntos por la evangelización mundial. De esta manera, espero que nadie se quede atrás en la gloria de la ascensión para recibir al Señor en el aire, y que todos los miembros de la familia de Sion participen.