La historia en la Biblia se convierte en nuestra lección de hoy.

1 Corintios 10:11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

A través del incidente pan y del guisado de las lentejas de Jacob y Esaú, también tenemos que tener realización.
Jacob conocía el valor del cielo y trabajó duro.
Esaú es una persona que no conocía el valor del cielo.

Génesis 25:34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

¿Qué les pasó al final?
No debemos convertirnos en personas insensatas como Esaú, que se arrepiente después de perderse las bendiciones mientras persigue las cosas mundanas sin darse cuenta del valor del cielo enseñado en la Biblia.

Génesis 27:34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío.

Debes convertirte en una persona como Jacob que graba profundamente y capta el valor del cielo en tu corazón.

Hebreos 12:15-17 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.