Hay muchas personas en el mundo que dicen creer en Dios y amarlo.
Si amamos a Dios, necesitamos saber correctamente cuál es la voluntad de Dios y qué le agrada a Dios.
Jesús es Dios que vino a esta tierra en forma humana hace dos mil años para salvar a la humanidad.
Los que conocieron e hicieron la voluntad de Jesús en ese momento podrían salvarse.
Los que guardaron los mandamientos del nuevo pacto establecidos por Jesús fueron salvos.
En la época del Espíritu Santo en que vivimos, Dios Padre y Dios Madre, que son Espíritu y Esposa, han venido como Salvadores que nos dan el agua de la vida
Incluso hoy, los que conocen a Dios Padre y Dios Madre, que vinieron como Salvadores, y hacen la voluntad de Dios, pueden salvarse.
Los que guardan los mandamientos del nuevo pacto según la voluntad de Dios Padre y Dios Madre pueden salvarse.

No solo creamos en Dios con nuestros labios, sino sigámoslo actuando de acuerdo a nuestra fe. Guardemos la verdad del nuevo pacto y demos a conocer a Dios Elohim.

Dios Elohim quiere que crezcamos, los hijos de Sion, más grandes y más firmes mediante la predicación. Tenemos que comprender esta voluntad llena de gracias de Dios Elohim y predicar el evangelio verdadero fervientemente.

El pueblo de Dios que se salvará guarda los mandamientos de Dios.
La Biblia testifica que la característica de aquellos que serán salvos es guardar los mandamientos de Dios.
Por lo tanto, los que no guardan los mandamientos de Dios no pueden llegar a ser el pueblo de Dios.
La única iglesia que guarda los mandamientos de Dios en esta época es la iglesia de Dios Sociedad Misionra Mundial.
Vayamos juntos a la iglesia de Dios y obedezcamos todas las palabras de Dios para ser salvos.

Dios dijo en el libro de Mateo 7 que a menos que hagamos la voluntad de Dios no podemos entrar al cielo. No solo de labios decimos que creemos en Dios sino que tenemos que guardar los mandamientos de Dios obedeciendo en las palabras de Dios. Guardar las leyes de Dios es un privilegio del pueblo de Dios, por lo tanto, no despreciemos nuestras bendiciones.