Predicaremos diligentemente a Dios Elohim quien es el salvador de esta època y que da el agua de vida, a muchas personas que esperan oír la palabra de Dios.
Caminemos por el camino del evangelio para la gloria y el gozo celestiales eternos y no por el valor de un momento de riqueza y gloria mundana.

Hagámonos hijos que se preparan para el día de entrar en el reino de los cielos, mirando la gloria eterna y eterna del cielo.

Prediquemos a Dios Padre y Dios Madre. Y pensamos gran bendición que Dios nos prometio.

Debemos apreciar esta preciosa misión evangélica que Dios nos ha dado, pero siempre nos lamentamos y nos disculpamos por no hacerlo. Haré todo lo posible para vivir una vida que retribuya la gracia de Dios todos los días.

Me hizo entender la palabra de Dios escuchándola primero. Todavía hay muchas personas en el mundo que no han escuchado la palabra de Dios (Pascua del nuevo pacto, Segunda Venida de Cristo, Dios Madre, etc.). Seré un evangelista que difunde diligentemente la palabra de Dios.

Dios nos ha concedido la misión de llevar nuestras almas moribundas al cielo. Son pecadores que morirán, pero han tenido razón por la gracia de Dios y se han hecho justos, permitiendo que tengan una gran misión de predicar el Evangelio del Cielo que los ángeles quieren ver. Deberíamos ser siempre agradecidos y loables niños.

No dijo que odiaba a los pecadores que traicionaron el amor del cielo y fueron arrojados a esta tierra, sino que nos hizo obreros comisionados para predicar el evangelio. Demos gracias por esa gracia y amor, y cumplamos plenamente la misión del evangelio que se nos ha encomendado, para que podamos convertirnos en hijos que dan alegría a Dios.

Seguiremos diligentemente el camino del evangelio que caminaron el Padre Celestial y la Madre Celestial. Doy gracias al Padre Celestial ya la Madre Celestial que salvaron a este pecador.

Así como nos arrepentimos por el amor y el sacrificio de Dios y somos transformados en hijos del cielo, volvámonos hijos que alegran a nuestro Padre y Madre celestiales cumpliendo la misión de predicar el evangelio del nuevo pacto a muchas personas que aún enfrentan la muerte sin dándose cuenta.

Nuestro cuerpo es un templo santo en el que Dios siempre mora. Nosotros, que estamos uindos a Dios, nos asemejaremos al perfecgto corazón de Cristo cuando hagamos las obras de Dios, mostrando su gloria, nos complazcamos en lo que Él se complace y aborrezcamos lo que Él aborrece.

Dios Padre y Dios Madre nos entregaron la predicación del evangelio en esta época. Asi como los discípulos de Jesús predicaban el evangelio hasta que murieran en aquella época, también tenemos que evangaizar la verdad del nuevo pacto porque Dios Elohim nos rescataron sacrificándose a si mismos. De esta manera, podemos retribuir su gracia.

la familia es el amor Espero que toda la familia de Sión tenga una fe hermosa que se esfuerce por esa cosa eterna.cumplamos plenamente la misión del evangelio que se nos ha encomendado, para que podamos convertirnos en hijos que dan alegría a Dios.