Choi MN, Corea
Mi padre, que luchaba contra el cáncer, murió después del Chuseok (feriado tradicional coreano de otoño). Aunque sabía que estaba enfermo, quedé extremadamente triste porque no sabía que el momento de su partida vendría tan pronto.
Mientras se realizaba el funeral, el principio del mundo angelical que solo tenía como conocimiento —todos morirán al final y la muerte no es el fin sino que el juicio está esperando a nuestras almas— se sumió profundamente en mi corazón. Me arrepentí por solo haberme apresurado a predicar el conocimiento de la Biblia como contando historias irrelevantes para mí, aunque estaba recorriendo el camino del evangelio como predicadora.
Unos días después del funeral de mi padre, llegó la Semana de Oración del Día de Expiación, empezando desde la Fiesta de las Trompetas. Arrepintiéndome muchas veces por haber tenido muchas faltas, pensé en mis parientes y vecinos a quienes todavía no había predicado la verdad; pasaron por mi mente muchas personas a las que no había predicado la verdad con la excusa de estar ocupada o de vivir lejos. No podía seguir posponiendo predicarles esta verdad tan necesaria y preciosa por cosas sin importancia, por no poder ver más allá de mi perspectiva.
La primera persona que recordé fue mi tía, la hermana mayor de mi padre. Ella asistía a una iglesia protestante, pero no conocía el mundo espiritual. Ella lloró amargamente en el funeral de mi padre, diciendo que nunca más podría encontrarse con él. No pude borrar esa escena de mi mente.
Después de decidir reunirme con mi tía, consulté con mi madre cuidadosamente. Ella comprendió mi deseo, pero mostró vergüenza en su rostro. Pude entender que se sentía incómoda de predicar a nuestros familiares justo después de la muerte de mi padre. Pero no me rendí porque mi plan de seguro se arruinaría si me tardaba esperando el momento adecuado.
Al día siguiente, después de un culto de la madrugada durante la semana de oración, me preparé para salir con mi esposo; mi madre también estaba lista ya que había decidido acompañarnos.
Un poco después de empezar, mi madre dijo:
“Ayer oré con arrepentimiento toda la noche por haber dudado de salvar un alma, pensando solo en mí. ¡Qué arrepentida estoy ante Dios!”
Al escuchar sus palabras, sentí que algo ardía en lo profundo de mi corazón. Pude sentir que todos los miembros de mi familia sentían lo mismo, hasta mi madre y yo. Fue entonces cuando la bendición del Espíritu Santo se derramó como una cascada.
Después de conducir por una hora, llegamos a la casa de mi tía. No necesitamos explicarle mucho. Ella recibió de buena gana la bendición de una nueva vida cuando dije: “Tía, si recibe la verdad de Dios y después va al cielo, se encontrará con mi padre nuevamente”.
Al partir de la casa de mi tía, mi madre nos llevó a visitar a un pariente que vivía cerca. Él llevó una vida dura después de sufrir un grave accidente automovilístico hace mucho tiempo. Mi madre nos dijo que él siempre estaba presente en su mente después de aceptar la verdad. Aunque habían pasado diez años desde que dejaron de frecuentarse debido a sus vidas ocupadas, nos recibió como si nos volviéramos a reunir después de un par de días. Al escuchar las palabras de la Biblia, recibió la verdad de inmediato y dijo que apreciaba que le enseñaran cosas buenas.
Después visitamos al esposo de la hermana de mi madre. Cuando escuchó las palabras de Dios, se negó cordialmente a convertirse en hijo de Dios. Pero inesperadamente, su hijo, que estaba estudiando la Biblia junto con él, nos dijo que quería recibir la bendición y se convirtió en hijo de Dios. Pude sentir que realmente Dios estaba bendiciendo a mi familia.
Queriendo predicar más, pensamos a dónde ir y mi madre tomó la delantera nuevamente y nos sugirió visitar a los vecinos que habíamos estado predicando.
El primer lugar a donde fuimos fue un supermercado enfrente de un complejo de apartamentos donde vivían mis padres. Mi madre solía predicar a la propietaria, pero no pudo reunirse con ella por un tiempo porque fue hospitalizada durante un año debido a un grave accidente automovilístico. Recientemente había sido dada de alta y estaba en su casa. Debe de haber comprendido muchas cosas mientras estaba en el hospital. Ella confió en la promesa de que Dios la protegería de los desastres, y aceptó la verdad inmediatamente.
El último lugar que visitamos fue una barbería a la que iba mi padre. Diciendo que estaba agradecido con mi padre por enseñarle las buenas palabras cada vez que venía, ese día el barbero también renació como un hijo celestial.
Cuando salimos de la barbería, el sol ya se estaba ocultando por el oeste. Después de pasar un largo día, muchos pensamientos cruzaron por mi mente. Pude entender por qué había tardado en llevar frutos hasta entonces, aunque me había esforzado y Dios ya había preparado muchos buenos frutos. Era la unidad lo que se necesitaba absolutamente hasta que las semillas del evangelio que sembramos diligentemente, fueran cosechadas como buenos frutos.
Para ser honesta, no era de un mismo sentir con mi familia aunque todos estábamos en la verdad, especialmente con mi madre. Cuando era joven, tanto mi padre como mi madre iban a trabajar, y yo no sentía el afecto de mi madre, que no podía quedarse en casa el tiempo suficiente. En la adolescencia, consideré su estricta disciplina como una interferencia excesiva, lo cual profundizó los malentendidos.
Incluso después de formar mi propia familia y de que todos los miembros de mi familia recibieran la verdad, la distancia entre mi madre y yo no se acortó. Con frecuencia la descuidaba, y muchas veces discutíamos por asuntos triviales cuando mi familia se reunía de vez en cuando o en los feriados. ¿Cómo podía abrazar con amor a más almas cuando no amaba a las almas más cercanas? Aunque me esforzaba a mi manera como predicadora, debe de haber sido natural que no pudiera entregar por completo el amor de Dios; por mucho tiempo no comprendí algo tan básico.
Fue justo después de la muerte de mi padre que cayó el muro invisible entre mi madre y yo. Ella extendió su mano primero, diciendo que lo sentía. Honestamente, yo estaba más equivocada que ella. Sus palabras hicieron que todas mis heridas emocionales, que se habían acumulado una tras otra, se fundieran y desaparecieran en un instante.
En vez de ser paciente y soportar con amor, me sentía decepcionada, discutía y malinterpretaba a mi madre por asuntos pequeños. Me di cuenta de que había sido muy arrogante por mucho tiempo. Dios ha puesto a los hermanos y hermanas celestiales junto a mí como miembros de mi familia física, porque son absolutamente necesarios para refinarme, ya que yo misma no conozco mis faltas y mis errores. No puedo dejar de considerar a mi hermana en la eliminación del muro entre mi madre y yo. Aunque es más joven que yo, me aconsejaba y consolaba como una hermana mayor para que pudiera entender a mi madre cada vez que teníamos problemas.
Creo que mi familia pudo obtener este abundante resultado del evangelio gracias a todos estos procesos. Si no hubiera sido de un mismo sentir con mi madre hasta ahora, la bendición le pertenecería a alguien más. Ahora comprendo por qué la Madre celestial nos pide seriamente estar unidos y ser de un mismo sentir.
Ya que mi familia se ha unido, Dios continúa dándonos la bendición de los frutos. Una persona que regularmente visitaba mi casa para cambiar los filtros del purificador de agua, finalmente aceptó la verdad después de haber postergado por más de un año recibir la bendición de Dios, aunque escuchaba las palabras. La maestra que empezó a enseñar a mi hija a tocar el piano desde el verano pasado, y los empleados de la tienda de mi esposo, fueron guiados a Dios. El hermano menor y también la hermana menor de mi padre recibieron la bendición de una nueva vida. Todo esto fue posible en un corto tiempo como un sueño.
Unos pocos días antes de que mi padre falleciera, dijo que quería pasear al amanecer. Lo senté en la silla de ruedas y salimos del hospital por un momento. Entonces, él tomó mi mano firmemente y dijo: “Gracias”. Él nunca había hecho esto. En ese momento, estaba avergonzada y solo dije: “Padre, no necesita decirme eso. Está bien”. Si hubiera sabido que no tendría más tiempo junto a él, le habría dicho que estaba agradecida y que verdaderamente lo amaba.
No tardaré ni dudaré en dar amor, ya que no sabemos qué nos pasará en la vida. Hasta que renazca con el perfecto amor pareciéndome a la Madre celestial, haré la obra del evangelio con todas mis fuerzas, corrigiendo mis errores y perfeccionándome de inmediato. Lograré el amor junto con mis hermanos y hermanas que están a mi lado, con un mismo corazón y con un mismo Espíritu.
Esta es la fragancia de Sion de un miembro de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial que cree en Cristo Ahnsahnghong y en Dios Madre.
Dios nos dijo que tuviéramos el mismo corazón. Nosotros, el cuerpo de Jesús, que comen el pan y beben el vino de la Pascua, debemos ser un solo corazón y un solo espíritu.
Anunciamos a nuestro Padre y nuestra Madre celestiales con un solo corazón.
La historia toca mi corazón y me hace reflexionar en mi pasado. Sé que vivir en armonía con los hermanos en Sion es la manera de recibir mucha bendición de parte de Dios, sin embargo, no he podido vivir de acuerdo con la voluntad de Dios… siento apenado… Llevaré bonitos frutos y seré un hijo que agradezca a Dios Elohim despojandome de mi arrogancia y uniéndome con mis hermanos con gozo.
Cuando tengamos la corazón del amor de Dios Madre, podríamos amar unos a otros.
Nosotros somos la familia del cielo. haciendo la voluntad de Dios que es nuestros Padres celestiales, lleguemos a ser los hijos celestiales que les dan la alegría a Dios Padre y Dios Madre.
El Padre y la Madre celestiales se alegran cuando nos unimos para salvar un alma.
También quiero ser una hija que da alegría a mi padre y mi madre celestiales hasta entrar en el reino de los cielos.
1 Corintios 9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
Por medio de la predicación del evangelio, podemos cambiar nuestra imagen a imagen de Dios. Y podemos conocer el corazón de Dios. Muchas gracias a Dios Padre y Dios Madre, por permitirnos la oportunidad de la predicación del evangelio y hacernos seguir el camino que Dios caminaba.
Amen. Me siento muy alegre por su fragancia de Sion ^^ espero q siempre este en Sion con su familia esperando el día de volver al cielo. cuando nuestra unidad en la fe se realizan completamente, seremos bendecidos por Dios Elohim.
Amemonos unos a otros hasta que vayamos al cielo.
Toda la gente vive el tiempo limitado en este mundo. Las separaciones con las personas amadas son muy dolorosas. Ahora debe de ser el mejor tiempo para expresar el amor a nuestra familia y a nuestros queridos. Anunciaremos la salvación de Dios Elohim, quienes guía a toda la humanidad a la vida eterna en el mundo eterno.
Es cierto. Ahora es el mejor tiempo para expresar el amor a nuestros queridos.Y el amor más bueno es salvar a sus almas y ir al cielo juntos. Yo también quiero ir al cielo con todos los miembros de mi familia, con mi queridos y incluso con todas las personas que están a mi lado. Ya que no sabemos el tiempo de separarnos debemos predicar la verdad de salvación ahora mismo antes de llegar su fin. Ahora es el tiempo de oportunidad. Esta cerca la Pascua que contiene la promesa de Dios,de que nos salva. Prediquemos la Pascua y salvemos a todo el mundo.
La Madre celestial se alegra por nuestra armonía, la cual se realiza cuando tengamos un mismo corazón y un mismo Espíritu. Prediquemos el evangelio para llevar buenos frutos, mis hermanos celestiales.
Predicaré diligentemente la verdad a aquellos que amo. No demoraré en predicar el evangelio.
Me puedo entender que no llevaré un buen fruto sin arrepentimiento verdadero. Hay que tratar de comprender el amor de Dios Elohim que se sacrifica por nosotros. Sin entender el salvador será difícil de arrepentirse. Analicemos más sobre el Espíritu y la Esposa quienes son los salvadores de esta época.
Este artículo me conmovió mucho y hizo pensar nuevamente y animarme por el evangelio.
También me arrepiento por leer eta fragancia de sión.
Familia es un grupo y equipo de amor.
A Dios le agrada que estemos unidos unos a otros. Amémonos y respetémonos unos a otros, convirtámonos en buenos árboles, demos buenos frutos y seamos hijos que agraden a nuestros Padres celestiales.
Dijo que lo que agrada a Dios es la unidad y que donde hay unidad, se da la bendición de la vida eterna (Salmo 133). Soy práctica la palabra de Dios.
Es hermoso verlos unirse con sus hermanos para compartir la palabra de Dios con el fin de salvar otras almas.
Impresiona no solo pensar, sino también ponerlo en práctica.
Dios se deleita en la unidad de los hermanos y hermanas.
Yo también quiero llevar los frutos de la unidad.
Se dice que la forma más rápida de viajar largas distancias es ir con la persona que amas.
Incluso en un hermoso reino de los cielos, soy aún más feliz cuando estoy con la persona que amo.
¡Qué gran bendición es tener el mismo corazón y el mismo espíritu en Dios Padre y Dios Madre! ¡Gracias por la hermosa y agradable fragancia de Sion!
Nos uniremos a los hermanos y hermanas de Sión según las enseñanzas de la Madre Celestial y daremos alegría a Dios.
la familia celestial es más grande que familia terrenal.
No tardaré ni dudaré en dar amor, ya que no sabemos qué nos pasará en la vida. …..
Estas palabras tocan mi corazón. Voy a vivir todos los días con este tipo de corazón.
Una vida de predicación del evangelio es la vida más valiosa y una vida sin remordimientos.
Vivir de acuerdo con la palabra de Dios es la vida más feliz y un vida sin remordimientos.
Te das cuenta de la importancia de la familia. La Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial enseña la importancia de la familia.
La misión más valiosa que Dios nos ha dado es predicar el evangelio.
Hay un dicho que dice que salvar un alma salva a la humanidad.
Demos gloria al Padre y a la Madre celestiales cumpliendo con éxito la misión de evangelización que se nos ha encomendado.